La sastrería vuelve con fuerza esta temporada, pero con un giro contemporáneo. Los trajes se adaptan a un estilo más relajado y menos estructurado, apostando por la comodidad sin perder el refinamiento. Las siluetas son más sueltas, permitiendo un movimiento natural, lo que las hace ideales para el día a día. El uso de telas suaves y cálidas, como la lana merina y el tweed, le da a los trajes una sensación acogedora que es perfecta para el otoño e invierno. Además, los tonos tierra y neutros como el beige, marrón, y gris predominan, aportando una estética sofisticada y versátil.
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